AMOR y FIRMEZA, estas son las palabras claves para atender las necesidades de los niños.
Amor: es básico e importantísimo que se sientan queridos. Ellos lo necesitan y de esta manera cuando haya que reprenderles algo lo sentirán de otra manera y tendrá mucha más importancia.
Firmeza. Con esto no me refiero a ser duros con ellos, sino a ser consecuentes y firmes en nuestras decisiones. Un ejemplo son las normas y los castigos. Las normas hay que seguirlas, siempre adaptándolas a las posibilidades de cada niño, y si no es así tiene que haber consecuencias reales. No se puede amenazar a un niño con tirarle su juguete favorito si no se come todo, y luego no tirarlo porque te costó muy caro. En ese momento el niño aprenderá que las amenazas que haces no las cumples, por lo que no obedecerá ni cumplirá las normas que no le gusten. De esta manera, lo que tenemos que hacer es buscar “castigos” o “amenazas” que si vayamos a cumplir, y así demostrar nuestra firmeza.
Esto es necesario hacerlo desde bebés, ya que cuanto mayores se hacen, más dificil es implantar las consecuencias, llegando así a las tan temidas rabietas.
Por supuesto, no siempre que un niño se porta mal hay que castigarle. Es importante saber entender lo que le pasa para tener cubiertas sus necesidades en todos los sentidos. Un ejemplo pueden ser las básicas, tipo sueño, hambre… o afectivas, como reclamar atención, estar aburrido o sentir celos de un hermano… Pero este capítulo lo dejamos para otro día!
Feliz domingo!
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